Un blog, de por sí, aglutina características heterodoxas que provienen de distintos materiales. Ha de ser riguroso en sus contenidos, exacto en sus datos y preciso en sus hechos.

Su gran potencia proviene de la inmediatez que lo caracteriza. Cualquier material escrito incluirá referencias bibliográficas que deberán de ser investigadas para comprobar su existencia. En el caso del blog, esto se consulta en tiempo real, puesto que las referencias provienen de hiperenlaces. En este sentido, una de las grandes aportaciones de los blogs educativos es su capacidad para la administración de contenidos, de manera que mediante el uso de la potencia que la web proporciona, pongan a disposición de los usuarios, de forma virtual, un compendio inmenso de contenidos estructurados que, de otra manera, sería inviable acceder a ellos.

Pero lo que realmente caracteriza a un blog, el adjetivo que le da carácter es el de “personal”. Lo que le permite marcar la diferencia respecto a otros contenedores digitales es que se le considera como algo propio, donde volcamos nuestras reflexiones y que nos da a conocer sin límites de tiempo ni lugar. Esta peculiaridad, en una comunidad como la educativa, tan extensa y heterodoxa, tan abierta y dinámica le convierte en una herramienta didáctica prácticamente indispensable.

Cuando escribimos sentimos que no nos encontramos solos, que a un solo clic de ratón o toque de pantalla existen miles o millones de personas dispuesta a leer nuestros contenidos. En realidad es como si escribiéramos un libro dinámico, que nos permite volcar nuestros conocimientos, ideas y pensamientos de tal manera que pueden ser consultados de forma inmediata. Esto no solo es ágil, rápido e impensable, sino que nos supone una gran dosis de responsabilidad porque no conocemos el tipo de personas que acceden a él, ni la cantidad de ellas que lo pueden reproducir literalmente y, lo que es más importante, el número de ellas que pueden tomarlo como referencia de cara a añadirlo a su cartera de saberes que posteriormente utilicen.

El edublog

Todas estas cualidades cobran mayor fuerza si nuestro blog está destinado a enseñar y servir de referencia en el ámbito pedagógico. La responsabilidad es tanto mayor que si nos dedicáramos a disertar de cocina o a escribir artículos deportivos. Y la razón no es que estos ámbitos no sean interesantes, importantes o de gran calado social, sino que los contenidos destinados a formar deben de cuidarse como ningún otro dado que llegan a niños en pleno aprendizaje y a docentes cuyo trabajo está enfocado en la consecución de este objetivo.

Por otra parte, el blog educativo se convierte en una novedosa forma de relacionar a toda la comunidad educativa. Proporciona un canal de comunicación y colaboración en el que pueden participar tanto personas de este propio ámbito como ajenas a él. Este amplio horizonte, además, facilita la creación de nuevos vínculos entre aquellas personas de cualquier parte del mundo que poseen intereses comunes en el terreno educativo, cambiando un entorno real como el aula física y finita por un entorno virtual donde tiene cabida cualquiera que esté interesado.  A continuación os dejo un vídeo de la Universidad de Vigo donde se realiza un análisis del blog educativo como estrategia de los procesos enseñanza-aprendizaje:

Fuente imagen: http://villaves56.blogspot.com.es/2009/09/para-que-hacer-un-blog-en-la-escuela.html#.UtMo-vTuLPI

Como reflexión final cabe preguntarnos: ¿un blog es un recurso más dentro de la comunidad educativa o, en cambio, marca un antes y un después en las relaciones entre los distintos roles de este ámbito?